Este jueves entra en vigor la Ley Karin, que modifica el Código del Trabajo en materia de prevención, investigación y sanción del acoso laboral, sexual y violencia en el trabajo. La ley, promulgada en enero, adapta la normativa nacional a los parámetros del Convenio N°190 de la Organización Internacional del Trabajo, ratificado por Chile en 2023.
La nueva legislación establece que las relaciones laborales deben basarse en un trato libre de violencia, compatible con la dignidad de la persona y con perspectiva de género, promoviendo la igualdad y erradicando la discriminación. Redefine el acoso laboral como cualquier conducta de agresión u hostigamiento, independientemente de si se manifiesta una sola vez o de manera constante, eliminando la necesidad de que las acciones sean «reiteradas».
Además, introduce el concepto de «violencia en el trabajo», referida a conductas agresivas ejercidas por terceros ajenos a la relación laboral, como clientes, proveedores o usuarios, que afecten a trabajadores durante la prestación de servicios.
La ley obliga a empresas con más de diez trabajadores permanentes a incluir en sus reglamentos internos un protocolo de prevención contra el acoso sexual, laboral y la violencia en el trabajo, siguiendo las directrices de la Superintendencia de Seguridad Social. También refuerza el rol de la Dirección del Trabajo (DT) y la Contraloría en los procedimientos de investigación, asegurando garantías para los denunciantes.
Estos procedimientos deberán basarse en principios de perspectiva de género, no discriminación, no revictimización, confidencialidad, imparcialidad, celeridad, razonabilidad, debido proceso y colaboración.
La Ley Karin recibe su nombre en memoria de Karin Salgado, técnica en enfermería del Hospital Herminda Martín de Chillán, quien se suicidó en noviembre de 2019 tras denunciar acoso laboral. Según datos de la DT, entre enero de 2022 y abril de 2024, se registraron 4.645 casos de acoso laboral, el 67,8% de los cuales afectaron a mujeres, y 2.248 denuncias de acoso sexual, con el 93,1% de las víctimas siendo mujeres.
